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Marcela Gracia Ibeas y Elisa Sánchez Loriga, recién casados y fotografiados por José Sellier.

Elisa y Marcela, la historia de amor que pasa por Calo

En el año 1901, la historia de amor entre dos mujeres marcó un antes y un después en la España de principios del siglo XX. Tal vez hayas oído hablar de las película de Isabel Coixet que lleva su nombre. Tal vez incluso hayas leído algo sobre su historia. Pero, ¿sabías que el viaje de las primeras mujeres casadas por la iglesia en España pasa por la pequeña aldea de Calo (Vimianzo)?

¿Cómo se conocieron Elisa y Marcela?

La historia de Elisa y Marcela, su romance y su matrimonio, es una de las más interesantes y conmovedoras de la historia de España. Las dos mujeres se conocieron en 1885 en la Escuela Normal de Maestras de A Coruña, donde se formaban las futuras profesoras de enseñanza primaria.

Marcela estaba estudiando en dicha escuela y Elisa, que había estudiado previamente la misma carrera, estaba trabajando allí.

Su amistad dio paso a una relación más íntima, y aunque el padre de Marcela, el capitán del Ejército Manuel Gracia, intentó detener su relación enviando a su hija a terminar su formación en Madrid, no lo logró. Cuatro meses después de que Marcela terminara sus estudios, se reencontraron en la aldea de Calo, en Vimianzo, donde decidieron vivir juntas.

El paso de Elisa y Marcela por Calo, Vimianzo

En Calo, las dos mujeres encontraron un lugar donde podían estar juntas sin llamar demasiado la atención. Marcela trabajaba como maestra superior en la parroquia de Calo, mientras que Elisa era maestra interina en Couso, una pequeña parroquia de Coristanco.

A pesar de la distancia entre Couso y Calo, Elisa se trasladaba a menudo a pie a la localidad donde residía Marcela, a unos 12 km.

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El matrimonio de Elisa y Marcela

Después de más de una década conviviendo en distintos lugares de la provincia de A Coruña, Elisa y Marcela decidieron casarse en 1901.

Pero había un problema: en aquella época, el matrimonio entre personas del mismo sexo era ilegal y estaba mal visto por la sociedad. Para poder casarse, Elisa adoptó un aspecto masculino, se inventó un pasado y se convirtió en Mario Sánchez. Para este pasado inventado tomó como referencia a un primo suyo muerto en un naufragio. Se inventó además que había pasado su infancia en Londres y que su padre era ateo, para, así, justificar no haber sido bautizado.

La boda de Elisa y “Mario”

El 26 de mayo de 1901, el padre Víctor Cortiella, párroco de San Jorge en A Coruña, bautizó a Mario (Elisa) y posteriormente casó a la pareja el 8 de junio de 1901 tras la publicación de las amonestaciones. La ceremonia matrimonial fue breve, los padrinos dieron fe de su validez, y la pareja pasó la noche de bodas en la pensión Corcubión, de la calle de San Andrés.

Vuelta a Calo y descubrimiento del engaño

Después de la boda, los vecinos pronto comenzaron a sospechar y no pudieron seguir indiferentes ante lo que a partir de ese momento se conocería como el “matrimonio sin hombre”.

La pareja sería portada de diarios gallegos y madrileños y, como consecuencia de esto, ambas prontamente perdieron su trabajo, fueron excomulgadas y se dictó una orden de busca y captura.

Para que tuviera lugar la excomunión, el párroco pidió a un doctor que examinara a Mario para comprobar si era un hombre o una mujer. Mario accedió y, cuando el doctor emitió su veredicto, intentó hacerse pasar por un hermafrodita, cuya condición había sido diagnosticada en su adolescencia. Sin embargo, la iglesia no aceptó esta explicación, y la pareja tuvo que huir a Portugal para evitar la cárcel.

El exilio de Elisa y Marcela

Elisa y Marcela huyeron a Portugal para evitar la cárcel y la deportación a Cuba. Allí vivieron durante algún tiempo bajo el nombre de Miguel y María.

Sin embargo, la pareja fue finalmente descubierta y extraditada a España, donde fueron juzgadas y condenadas a cárcel y trabajos forzados. Elisa fue sentenciada a cinco años de prisión y Marcela a diez, pero finalmente fueron liberadas gracias a la presión de la opinión pública y la intervención de personas influyentes.

En 1902, Elisa y Marcela partieron hacia Buenos Aires donde trabajaron como criadas. Elisa se casó con un hombre anciano con la esperanza de enviudar y compartir la herencia con Marcela. Pero el hombre descubrió su plan. Aquí se pierde el rastro de ambas mujeres.

El legado del primer matrimonio entre mujeres

La historia de Elisa y Marcela ha sido objeto de varias películas, obras de teatro, novelas y ensayos, y se ha convertido en un símbolo de la lucha por los derechos LGTBIQ+.

La compañía de teatro A Panadería recibió 9 premios y grandes elogios por la crítica por su obra Elisa e Marcela, premio María Casares en el 2018. Un año más tarde la cineasta Isabel Coixet dirige una película titulada “Elisa y Marcela”, que fue estrenada en el Festival de Cine de Berlín y distribuida por Netflix. Además, en 2021 se colocó una placa conmemorativa en el lugar donde se celebró el matrimonio, en la calle de San Jorge de La Coruña. 

Desde el 16 de mayo del 2023 se hace memoria del legado de esta interesante historia en la escuela en la que antiguamente había impartido clase Marcela durante su estancia en la pequeña parroquia de Calo (Vimianzo).

Antigua escuela de Calo (Vimianzo), lugar en el que residió y trabajó como docente Marcela antes de su matrimonio con Mario (Elisa).